LOS PORMENORES DE UNA PIEDRA
1- LAS PIEDRAS EN LOS OJOS
2- MARÍA Y LOS APÓSTOLES
3- EL LANZAMIENTO DE PIEDRAS
4- LOS PATRIMONIOS ENFRENTADOS
1- LAS PIEDRAS EN LOS OJOS
2- MARÍA Y LOS APÓSTOLES
3- EL LANZAMIENTO DE PIEDRAS
4- LOS PATRIMONIOS ENFRENTADOS






Así como la pérdida nos petrifica una roca viene a taparnos los ojos.
Se suele repetir que la tradición judeocristiana no es la mejor para gestionar la muerte. A mi parecer en el centro de la tradición cristiana hay una de las escenas más hermosas para pensar la pérdida.

Mientras la muerte ha emborronado los ojos de todos los Apóstoles, María Magdalena se acerca al sepulcro de Jesús. Allí se enfrenta a la pregunta por la muerte que mortifica pero escapa de la lógica pétrea.

Su mirada ve a Jesús resucitado. Éste le dice que no le toque, pero su mano se alza hacia él.

Tensión que encarna la tristeza y la potencialidad de la pérdida. Una mano que avanza pero que es incapaz de tocar.
Durante los disturbios provocados por el encarcelamiento de Pablo Hasel se produjo una imagen extraordinaria. Alguien cogió piedras de un saco de ruinas y las lanzó contra la fachada del Palau de la Música.

El gesto enfadado de este sujeto produjo una oleada de indignación y su ira no halló acomodo en la hermnéutica televisiva ni en las redes sociales.

Pero, ¿y si solo se trataba de la pérdida ejerciendo fuerza sobre el cuerpo?
¿Y si el lanzador de la piedra solo manifestaba su condición conmitante con lo pétreo?

A través del análisis de esta escena se muestra la posibilidad del despertar de aquel a quien la pérdida convirtió en piedra y le sujetó al rodar. Vio el potencial de movimiento del malestar.
La televisión en lugar de proponer explicaciones que vayan a la raíz de los malestares prefiere empobrecer ese potencial revelador de las imágenes.

En su lugar nuestro relato defiende que no hay patrimonio más hermoso que las lágrimas, que los malestares manifestándose y hollando el mundo.
inicio
el poema
bibliografía
el corto